5/8/11
16/10/08
Usabilidad, esa desconocida
Quienes navegamos habitualmente por Internet y más aún quienes basamos nuestra actividad laboral en la red, encontramos a menudo verdaderos atentados al buen gusto y muchas, demasiadas veces, atentados a la lógica y a la racionalidad.
Es un error frecuente centrar los esfuerzos únicamente en las vertientes técnica y gráfica de un sitio web, y sin duda son dos elementos básicos para que nuestros proyectos funcionen, pero hay algo que a menudo no se tiene en cuenta, y es la usabilidad.
La usabilidad se define como la facilidad de uso de una interfície, y se trata de un elemento a tener muy presente en el diseño de interacción de cualquier sistema en general, y de Internet en particular, pues el rango de edad de los usuarios puede ser muy extenso, ergo su conocimiento de las nuevas tecnologías puede ser limitado, lo que nos obliga a simplificar la interacción para cualquier persona que acceda a nuestro sistema.
Apelo a la lógica y a la racionalidad porque la usabilidad radica, en mi opinión, en ellas. Se trata establecer jerarquías concretas y suficientemente visibles, de modo que consigamos orientar a los usuarios dentro de nuestro sitio web, resaltando elementos básicos como la navegación y estableciendo una dirección de lectura coherente con nuestras necesidades y las de nuestro público.
Si un usuario accede a nuestro sitio web y no encuentra rápida y fácilmente lo que busca, lo más probable es que esa insatisfacción le haga abandonar la página con la seguridad de que no volverá a visitarla, pues buscará alternativas antes de perderse otra vez en nuestro sitio.
Cuando esto ocurre no estamos perdiendo únicamente una visita, lo que perdemos es la oportunidad de fidelizar un usuario o de ganar un potencial cliente de nuestros productos o servicios. En definitiva, perdemos una oportunidad de negocio.
Por todos estos motivos durante el desarrollo de un proyecto debemos echar un paso atrás y ponernos en el lugar del usuario que accederá a nuestro sitio web, intentar averiguar cuál será su funcionamiento y su circulación dentro de las distintas páginas, y facilitarle estos pasos de modo que nuestro sitio se convierta en una herramienta adaptada a sus necesidades.
Acerca de este tema, recomiendo encarecidamente una lectura con un título muy acertado: No me hagas pensar, de Steve Krugs.
Es un error frecuente centrar los esfuerzos únicamente en las vertientes técnica y gráfica de un sitio web, y sin duda son dos elementos básicos para que nuestros proyectos funcionen, pero hay algo que a menudo no se tiene en cuenta, y es la usabilidad.
La usabilidad se define como la facilidad de uso de una interfície, y se trata de un elemento a tener muy presente en el diseño de interacción de cualquier sistema en general, y de Internet en particular, pues el rango de edad de los usuarios puede ser muy extenso, ergo su conocimiento de las nuevas tecnologías puede ser limitado, lo que nos obliga a simplificar la interacción para cualquier persona que acceda a nuestro sistema.
Apelo a la lógica y a la racionalidad porque la usabilidad radica, en mi opinión, en ellas. Se trata establecer jerarquías concretas y suficientemente visibles, de modo que consigamos orientar a los usuarios dentro de nuestro sitio web, resaltando elementos básicos como la navegación y estableciendo una dirección de lectura coherente con nuestras necesidades y las de nuestro público.
Si un usuario accede a nuestro sitio web y no encuentra rápida y fácilmente lo que busca, lo más probable es que esa insatisfacción le haga abandonar la página con la seguridad de que no volverá a visitarla, pues buscará alternativas antes de perderse otra vez en nuestro sitio.
Cuando esto ocurre no estamos perdiendo únicamente una visita, lo que perdemos es la oportunidad de fidelizar un usuario o de ganar un potencial cliente de nuestros productos o servicios. En definitiva, perdemos una oportunidad de negocio.
Por todos estos motivos durante el desarrollo de un proyecto debemos echar un paso atrás y ponernos en el lugar del usuario que accederá a nuestro sitio web, intentar averiguar cuál será su funcionamiento y su circulación dentro de las distintas páginas, y facilitarle estos pasos de modo que nuestro sitio se convierta en una herramienta adaptada a sus necesidades.
Acerca de este tema, recomiendo encarecidamente una lectura con un título muy acertado: No me hagas pensar, de Steve Krugs.
24/7/08
Acabamos de llegar
Este quiere ser un espacio sin más pretensión que verter opiniones acerca del mundo del diseño, la comunicación visual y las tecnologías de la información. Opiniones de un diseñador que adora su trabajo y disfruta cuando lo hace y cuando lo observa.
En fin, me lean o no, disfrutaré hablando de lo que me gusta.
En fin, me lean o no, disfrutaré hablando de lo que me gusta.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Entradas
